Eduardo Chillida

San Sebastián, 1924

Eduardo Chillida

Eduardo Chillida Juantegui nació el 10 de enero de 1924 en San Sebastián y falleció en esa misma Ciudad en 2002. Fue un escultor español conocido por sus trabajos en hierro y en hormigón, destacado continuador de la tradición de Julio González y de Pablo Picasso.

Fue portero de fútbol en la Real Sociedad, pero a causa de una lesión tuvo que dejarlo. A los diecinueve años inició en la Universidad de Madrid los estudios de Arquitectura, estudios que abandonó para dedicarse exclusivamente a la escultura y al dibujo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Su actividad artística comenzó en torno a 1948, cuando se traslada a París. Allí entabla amistad con Pablo Palazuelo. En 1950 se instaló en Villaines-sous-Bois, un pueblecito del departamento de Val d’Oise. Cuando nace el primero de sus hijos regresa definitivamente a San Sebastián y comienza a trabajar en Hernani en una fragua, donde el hierro introduce un cambio fundamental en su trayectoria. Por sugerencia de su amigo Pablo Palazuelo, hace en 1954 su primera exposición individual en la Galería Clan de Madrid. En 1964 recibe el Premio de Escultura del Carnegie Institute de Pittsburg.

Sus primeras esculturas son obras figurativas, torsos humanos tallados en yeso como Forma, Pensadora, Maternidad, Torso o Concreción. En todas ellas, el punto de partida es la escultura griega arcaica, pero se aprecia ya su preocupación por la forma interior además de tener un marcado sentido monumental. Los juegos de volúmenes y los valores de la masa lo acercan al lenguaje de Henry Moore. Empezó a modelar obras figurativas, pero poco a poco tendió hacia formas más abstractas. En 1949 realizó Metamorfosis, obra que ya puede ser considerada abstracta.

Alrededor de 1951, con su empleo en la fragua, se inicia en el trabajo del hierro. Emprende entonces un ciclo de esculturas no imitativas, yendo en aumento su preocupación por la introducción de espacios abiertos. Huye de la imitación de la naturaleza y va en busca de la creación e invención.

En 1957 abre una nueva etapa de experimentación. Hasta entonces, en su lenguaje predominaban las líneas horizontales, verticales y curvas y ahora adoptará ritmos lineales más movidos e inquietos, de difícil comprensión.

También es admirable su trabajo en papel. Dio sensación de tridimensionalidad a la obra sobre papel, en muchos casos dando sensación de ligereza, con un entronque con la tradición cultural nipona. Sus grabados representan otro hito en su quehacer artístico, unos grabados donde predominan el contraste y la fuerza del blanco y del negro, de los volúmenes y de las líneas.

Aquí podéis consultar las obras del artista que forman parte de la colección.