Giovanni Battista Piranesi nació en Mogliano Veneto, cerca de Treviso, el 4 de octubre de 1720 y murió en Roma, el 9 de noviembre de 1778 fue un arquitecto, investigador y grabador italiano. Realizó más de 2.000 grabados de edificios reales e imaginarios, estatuas y relieves de la época romana así como diseños originales para chimeneas y muebles.
Piranesi nació en Mogliano Veneto, que entonces pertenecía a la República de Venecia. Estudió Arquitectura en Venecia con su tío materno Matteo Lucchesi, que era Magistrato delle Acque en la ciudad. Allí descubrió las obras de Palladio, Vitrubio y algunos edificios de la antigüedad. Piranesi apenas llegó a ejercer como arquitecto (sólo se erigió un diseño suyo), si bien sus estudios le permitieron dibujar con mayor facilidad, e hizo gala de su formación firmando algunos grabados como Piranesi architetto.
Se trasladó en 1740 a Roma, junto a Marco Foscarini, enviado del papa en Venecia. Las ruinas del imperio romano encendieron su entusiasmo y la necesidad de representarlas. En aquella época, la arqueología no era aún una ciencia demasiado rigurosa, y en muchas ocasiones se trataba de simple saqueo. Combinando afán descriptivo y fantasía, Piranesi levantó acta de las ruinas romanas y de los hallazgos que se iban produciendo.
Conoció en Roma al erudito G. G. Bottari y aprendió la técnica del aguafuerte con Giuseppe Vasi, con quien firmó algunas imágenes. Sus primeros grabados fueron vistas de la ciudad, destinadas a guías ilustradas. En 1743 publicó su primera gran serie de estampas, Prima Parte di Architettura e Prospettiva. Elaborada con apenas 23 años, desvela ya su maestría como grabador y su inventiva.
Abrió su taller frente a la Academia de Francia en Roma lo cual hizo que viviera en constante relación con los estudiosos de aquel país. Tuvo mucho éxito con sus grabados puesto que la mayoría de los visitantes que iban a Roma gustaban de volver con algún recuerdo, y sus grabados se imprimían en grandes tiradas que los hacían muy asequibles.
En 1761 se convirtió en miembro de la Academia di San Luca. Murió en 1778 y fue enterrado en la única iglesia que construyó: Santa María del Priorato.
Sus entusiastas reproducciones e interpretaciones de antiguos monumentos romanos supusieron una importante contribución para la formación y desarrollo del neoclasicismo. En estos grabados se incluían imágenes fidedignas y exactas de las ruinas existentes, al igual que reproducciones imaginarias de antiguos edificios en las que la alteración de la escala y la yuxtaposición de elementos contribuyen a realzar el carácter de grandiosidad de los mismos.
Una de las primeras y más renombradas colecciones de grabados de Piranesi fueron sus Prisiones (Carceri d’Invenzione, 1745-1760), en donde transformó las ruinas romanas en fantásticos y desmesurados calabozos dominados por enormes y oscuros pasadizos, empinadas escaleras a increíbles alturas y extrañas galerías que no conducen a ninguna parte. Estos grabados ejercieron una enorme influencia en el romanticismo del siglo XIX, jugando también un destacado papel en el desarrollo, ya en el siglo XX, del surrealismo e incluso en los decorados para el cine de terror.
Los grabados de Piranesi, muchos de ellos de gran formato y ordenados en libros, se exportaron rápidamente a Inglaterra y otros países, a modo de souvenirs del Grand Tour, antecedente del moderno turismo cultural. Esas láminas influyeron en la arquitectura palaciega, especialmente en las casas campestres inglesas.
Muchas planchas del artista se siguieron imprimiendo hasta principios del siglo XIX y pasaron a la actual Calcografia Nazionale de Roma, fundada por el papa Clemente XII, donde aún se conservan.
Existen grabados de Piranesi en casi todas las bibliotecas antiguas de Europa. En España, destacan los fondos de la Biblioteca Nacional y del Museo de Bellas Artes de Valencia, que posee unas 880 láminas, casi todas adquiridas en el mismo siglo XVIII.
Aquí podéis consultar las obras del artista que forman parte de la colección.