Giovanni Volpato nació en Bassano del Grappa (que, en la época, formaba parte de las posesiones de la Señoría de Venecia) en 1735 y murió en Roma en 1803. Fue un grabador italiano.
Fue su madre, de oficio bordadora, quien inició a Giovanni en el mundo del arte, y después siguió las enseñanzas de Giovanni Antonio Remondini. Tras ello, fueron Joseph Wagner y Francesco Bartolozzi quienes, ya en Venecia, le instruyeron en el arte del grabado. En sus talleres realizó diversas estampas a partir de obras de Piazzetta, Mariotto, Amiconi, Zuccarelli, Marco Ricci, y otros.
Trabajó durante algún tiempo para el Duque de Parma, hasta que una de sus planchas sobre el monumento de Francesco Algarotti en Pisa atrajo la atención sobre su obra. Entonces, su protector, el embajador Girolamo Zulian, le aconsejó, corriendo 1771, instalarse en Roma, donde fundó una escuela de grabado (que atrajo a excelentes artistas, entre otros a Raffaelo Morghen, que acabaría siendo su yerno) y donde se haría famoso por sus grabados a partir de las pinturas y frescos de las salas y logias de Rafael en el Vaticano. Algunos de estos grabados fueron coloreados a mano por Francesco Panini, y resulta justo indicar que no reproducían necesariamente de forma fidedigna los temas y los dibujos de las pilastras o de los techos y paredes, sino más bien atendían a lo que los visitantes de Roma habían retenido o querían ver.
Volpato también grabó un conjunto de planchas a partir de obras que Annibale Carracci había hecho para decorar el Palazzo Farnese. Y asimismo grabó una seie de paisajes y ‘vedute’ de Roma, con Pietro Ducros.
Entre sus múltiples actividades también fundó una fábrica de porcelana, donde se producían réplicas de las obras greco-romanas que estaban entonces de moda en Italia.
Acto seguido trabajó para el pintor y anticuario inglés Gavin Hamilton, grabando una serie de planchas para su Schola Italica Picturae.
Volpato hizo excavaciones en Ostia (1779, con el anticuario Thomas Jenkins), Porta San Sebastiano (1779) y Quadraro (1780), y vendió esculturas fruto de estas excavaciones al rey Gustavo III de Suecia, a los Museos Vaticanos y al coleccionista británico, Henry Blundell. En 1788 vendió el famoso Vaso Lante al coronel John Campbell. Y en 1792, en colaboración con Louis Ducros, publicó una serie de grabados de los interiores del nuevo Museo Pio-Clementino.
Aquí podéis consultar las obras del artista que forman parte de la colección.