Josep Grau-Garriga

Sant Cugat del Vallès, 1929

Josep Grau-Garriga

Josep Grau-Garriga nació en Sant Cugat del Vallès el 18 de febrero de 1929. Es un artista catalán que ha cultivado diversas técnicas: la pintura, el dibujo, el grabado, la pintura mural, la escultura y sobre todo el tapiz, que le ha convertido en el artista santcugatense más internacional.

Nacido en el seno de una familia campesina que pasó las dificultades de la Guerra Civil y sobre todo las de la posguerra, y que vivió, como tantas otras, la cárcel y el exilio. Es en este ambiente donde José descubre su vocación por el arte.

A comienzos de los años cuarenta descubre y recibe las primeras influencias de lo que antes se denominaba Museo de Arte de Catalunya, y sus frescos y pinturas románicas y góticas. En 1943 se integra en un estudio de publicidad y diseño donde poder canalizar sus inquietudes artísticas. Paralelamente se formará como artista primero en la Llotja y luego en la Escuela de Bellas Artes.

A los cincuenta comienza a practicar la pintura mural de temática religiosa de estilo postcubista con la que obtendrá una repercusión especial, realizando obras de la magnitud de los murales de la ermita del Sant Crist de Llaceres (Sant Cugat del Vallès, 1956) o el santuario de Santa María de Paretdelgada (La Selva del Camp, 1959).

En 1956 el empresario Miquel Samaranch lo va a buscar para revitalizar la antigua Casa Aymat de Sant Cugat dedicada a la producción de alfombras y tapices. Samaranch le da la responsabilidad de la dirección artística de la empresa en el seno de la cual se organizó un pequeño taller de tapiz experimental.

Un año después (1957) la empresa le paga su primer viaje de estudios a Francia, donde conoce de cerca la técnica del tapiz medieval y contemporáneo, un arte que él se encargará de revolucionar y que le otorgará relevancia internacional. Conoce personalmente al pintor y poeta francés Jean Lurçat, considerado un maestro de la tapicería moderna y uno de los referentes de esta renovación, con quien, al año siguiente, 1958, colaboraría en su taller de Saint Céré, en el departamento de Òlt.

Lleva los conocimientos técnicos y conceptuales adquiridos en Francia y los aplica con ligeras diferencias y aportaciones autóctonas. Así, Grau-Garriga, como director artístico, y sus discípulos de la casa Aymat ponen las bases de lo que se ha denominado la Escuela Catalana del Tapiz. Él fue el teórico de todo el movimiento que allí se generó. Durante casi dos décadas, los artistas más destacados del momento participaron y los nuevos conceptos surgidos del centro transformaron el arte textil tanto nacional como internacionalmente.

En 1964 presenta la primera exposición individual de tapiz del país en la sala Gaspar de Barcelona. El año siguiente hace su primera salida al exterior participando en la II Biennale Internationale de la Tapisserie Moderne de Lausana, con la que obtendrá un especial reconocimiento público.
En 1969, el Institute International of Education de Nueva York le concede una beca que le permitirá instalarse en Nueva York durante un año y viajar por Estados Unidos, México y Canadá.

Durante la década de los setenta compagina su trabajo con un notable trabajo pedagógico, impartiendo diversos talleres y cursos.

Destacan la retrospectiva que se le dedicó en 1988 en el Palau Robert, en Barcelona.

En 2004 su ciudad natal le rinde homenaje, el «Any Grau-Garriga», que comprende, entre otras actividades, una doble exposición de la obra reciente y otra dedicada a sus orígenes como artista.

Desde el año 2007, un tapiz del artista preside el vestíbulo del nuevo Ayuntamiento de Sant Cugat. El tapiz está formado por cuatro piezas rojas y amarillas elaboradas con materiales diversos entre los que destacan los hilo de cobre de diferentes espesores que dan a la obra un aspecto transparente.

Aquí podéis consultar las obras del artista que forman parte de la colección.