Joseph Parrocel nació en Brignoles (Francia) el 3 de octubre de 1646 y falleció en París el 1 de marzo de 1704. Fue un conocido pintor y grabador francés del Barroco, unánimemente reconocido por sus escenas de batallas.
Nacido en una familia con más de catorce pintores a lo largo de seis generaciones, su abuelo Georges Parrocel (1540 – 1614) y su padre Barthélemy Parrocel (1595–1660) fueron destacados pintores regionales. Sus hermanos Jean Barthélemy Parrocel (1631–1653) y Louis Parrocel (1634–1694) también trabajaron como pintores. Así, Parrocel estaba llamado a la carrera pictórica.
Cuando murió su padre en 1660, Joseph tenía tan sólo trece años y su hermano mayor, Louis, le educó y le instruyó como pintor, al tiempo que ya se había establecido como tal en el Languedoc.
Después viajó y residió, consecutivamente, en París, la Provenza y Roma. En Roma se convirtió en alumno del pintor Jacques Courtois, especialista en temas de batallas y conocido bajo el sobrenombre de «el Borgoñón». También tuvo oportunidad de estudiar la obra de Salvator Rosa. Parrocel trabajó junto a Rosa en su taller y se vio notablemente influenciado por su estilo, que años después impregnaría la obra del francés.
Logró establecerse exitosamente en París en 1675, y su reputación crecía paulatinamente. Fue aceptado como miembro de la Real Academia de Pintura y escultura el 29 de febrero de 1676 y se convirtió en académico el 29 de noviembre del mismo año, con la obra El sitio de Maastricht. En 1703 obtuvo la cancillería en la Academia, y pudo obtener comisiones reales.
Su obra destacada por escenas heroicas pero pintó algunos paisajes y trabajos históricos y religiosos, como La tentación de san Pedro en el desierto (1694). En 1700 realizó La feria de Bezons, precursora de los modelos galantes de Antoine Watteau y de Francisco de Goya.
Su técnica difiere de los académicos contemporáneos a Parrocel, como Adam Frans van der Meulen, en el sentido de que Parrocel muestra modelos más originales, vívidos, pincelada rápida, capas inquietas y movimientos deslumbrantes.
En su vida produjo más de noventa grabados, muchos de los cuales se guardan en el Louvre de París y en otros museos franceses.
Aquí podéis consultar las obras del artista que forman parte de la colección.