Miquel Barceló Artigues (Felanitx, Mallorca, 8 de enero de 1957) es un pintor mallorquín próximo a la corriente neo-expresionista.
Un temprano viaje a París en 1970 le permite descubrir el Art brut, estilo que influenció las primeras obras que presentó en público. Formó parte del grupo Taller Lunátic de Mallorca. Estudió en la Escuela de Artes Decorativas de Palma de Mallorca entre 1972 y 1973 y continuó en 1974 en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona, pero poco después abandonó los estudios. Actualmente reside entre París, Mallorca y Mali.
Tras sus inicios académicos, empezó a ser más conocido al participar en la Bienal de Sao Paulo (1981) y a raíz de la Documenta VII de Kassel (1982), desde entonces su obra es incluida en las más prestigiosas muestras internacionales, configurándose como una de las mayores revelaciones del arte español de los años ochenta.
En 1986 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas (España) y, en 1996 le dedicó una retrospectiva el Centro Pompidou de París. En 2004 expuso en el museo del Louvre las acuarelas que creó para ilustrar La Divina Comedia, convirtiéndose en el primer artista contemporáneo vivo que expone en el museo. En 2008, realizó la decoración de la Cúpula de la sala XX del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra y en 2010 tuvo lugar una interesante exposición de su obra en Avignon.
Sus enormes lienzos figurativos de finales de los años setenta con temas de animales de marcado expresionismo reciben la influencia de Joan Miró, Jackson Pollock, Antoni Tàpies, el arte conceptual y el art brut. Posteriormente se focaliza en una pintura más entroncada con la tradición y así surgen las series de las bibliotecas, los museos y los cines de forzadas perspectivas y denso tratamiento pictórico.
Entre las características de su obra hay que destacar la inspiración en la naturaleza, consiguiendo relieve a través del uso de unos empastes densos y generalmente oscuros. El Mediterráneo y África han sido dos de sus más importantes referentes. El descubrimiento de África en un viaje a Mali ha hecho que sus gentes y la vida del desierto sea uno de los temas más desarrollados en su obra en los últimos años, siempre reflejando una gran preocupación por la naturaleza, el paso del tiempo y los orígenes.
En la última época ha evolucionado hacia referentes más intelectuales y abstractos. En marzo de 2007 se inauguró en la catedral de Mallorca una capilla elaborada por Barceló en arcilla. Consta de dos mundos: los frutos del mar y los frutos de la tierra.
La literatura ha sido siempre también una de sus inspiraciones. Ha sido ilustrador de libros y él mismo suele redactar los prólogos de sus catálogos.
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