Pierre-Auguste Renoir nació en Limoges el 25 de febrero de 1841 y murió en Cagnes-sur-Mer (Francia) el 3 de diciembre de 1919. Fue un pintor impresionista, que en la segunda parte de su carrera se interesó por la pintura de cuerpos femeninos en paisajes, inspirados a menudo en pinturas clásicas renacentistas y barrocas.
Renoir ofrece una interpretación más sensual del impresionismo, más inclinada a lo ornamental y a la belleza. No suele incidir en lo más áspero de la vida moderna, como a veces hicieron Manet o Van Gogh. Mantuvo siempre un pie en la tradición y tuvo como guía los pintores del siglo XVIII, que mostraban la sociedad galante, como Watteau.
En sus creaciones muestra la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores. Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable. Trató temas de flores, escenas dulces de niños y mujeres y sobre todo el desnudo femenino, que recuerda a Rubens por las formas gruesas. En cuanto a su estilo y técnica se nota en él un fuerte influjo de Corot. Renoir posee una vibrante y luminosa paleta que hace de él un impresionista muy especial.
En 1862, Renoir aprobó el examen de ingreso a la Escuela de Bellas Artes. Al mismo tiempo, frecuentaba un taller libre en el que enseñaba Charles Gleyre, profesor de aquella institución. Durante esta etapa, conoció en el taller de Gleyre a aquellos que serían sus mejores amigos y compañeros en el arte a lo largo de toda su vida. Allí se forjó una sólida amistad entre él, Claude Monet, Frédéric Bazille y Alfred Sisley, que a menudo iban a pintar juntos al aire libre en el bosque de Fontainebleau.
Monet y Renoir pintaban el río Sena, cerca del puente de Chatou, allí donde, en medio de una multitud de islotes, en La Grenouillère, abrió un restaurante que se convirtió en uno de los lugares predilectos de los futuros impresionistas.
La primera exposición de los impresionistas coincidió con el momento de afirmación de la visión de pintor de Auguste. Esta etapa de su vida estuvo marcada por un suceso significativo: en 1873, se mudó a Montmartre, en donde residiría hasta 1884.
En la vida artística de Auguste, la década de 1880 resultó agitada. En sus conversaciones con Ambroise Vollard, mencionaba aquella sensación de callejón sin salida que había surgido hacia 1883. Su insatisfacción con respecto a la antigua manera impresionista llevó al pintar a adoptar un nuevo estilo. Sentía que no sabía ni pintar ni dibujar. Deprimido, destruyó toda una serie de lienzos. En esta difícil etapa, Jean-Auguste-Dominique Ingres acudió en su auxilio. La obra de Auguste durante esta década se enmarca dentro de lo que comúnmente se conoce como el «período ingresco». Se trata de una tendencia perceptible en todos sus cuadros de esta etapa: un dibujo más limpio y un trazado de mayor precisión, con una clara plasticidad, así como el empleo de colores locales.
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