Raoul Dufy nació en Le Havre el 3 de junio de 1877 y murió en Forcalquier el 23 de marzo de 1953. Fue un pintor fauvista, artista gráfico y diseñador textil francés. Desarrolló un estilo colorido y decorativo que se hizo popular en diseños para cerámica, tejidos y esquemas decorativos de edificios públicos. Destaca por sus escenas de acontecimientos sociales al aire libre.
En 1895, cuando tenía dieciocho años, comenzó a recibir clases de arte en la Escuela de Bellas Artes de Le Havre. Él y Othon Friesz, un amigo de la escuela, estudiaron las obras de Eugène Boudin en el museo de Le Havre.
En 1900, Raoul obtuvo una beca que le permitió estudiar durante un corto periodo en la Escuela de Bellas Artes de París, donde fue compañero de Georges Braque.
En un principio Dufy estuvo sometido a la influencia de los paisajistas impresionistas, como Claude Monet y Camille Pissarro.
En 1902 conoció a Berthe Weill, quien expuso la obra de Dufy en su galería. La obra de Henri Matisse Luxe, Calme et Volupté que Dufy vio en el Salon des Indépendants de 1905, fue una revelación para el joven artista, quien dirigió su interés hacia el fovismo. Los fauves (que significa «fieras», «bestias salvajes») trabajaban con colores llamativos e irreales y atrevidas formas; ricos contornos marcaban su obra. Dufy adoptó este estilo al que añadió un trazo vigoroso y espontáneo. La pintura de Dufy refleja este enfoque hasta alrededor de 1909, cuando el contacto con la obra de Paul Cézanne le lleva a adoptar una técnica algo más sutil. No fue hasta el año 1920, cuando Dufy desarrolló su propio enfoque distintivo que implicaba estructuras esqueléticas, colocadas en una perspectiva disminuida, y el uso de baños ligeros de color dispuestos mediante veloces pinceladas de una manera que llegó a conocerse como taquigráfica.
Poco a poco su obra se hizo más amable, alegre y luminosa, mostrando un predominio cada vez mayor de la línea, características que fueron más evidentes en sus acuarelas.
Los temas favoritos de Dufy eran los barcos de vela, con brillantes vistas de la Riviera francesa; fiestas elegantes, acontecimientos musicales, las carreras de caballos y otras actividades al aire libre en lugares de moda, como Carreras de caballos en Deauville o L’Opéra. También pintó flores, instrumentos musicales y desnudos.
Realizó murales y en 1938 acabó una de las pinturas más grandes que se hayan hecho nunca, un canto enorme e inmensamente popular a la electricidad, el fresco La Fée Electricité para la Exposición Internacional de París.
Hizo pinturas de caballete, pero también cobró fama por su obra gráfica y en las artes aplicadas. Destacan sus ilustraciones para El bestiario (1911) de Guillaume Apollinaire. Ilustró también obras de Stéphane Mallarmé y André Gide. También realizó xilografías.
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