En Paris puede verse estos días en el Musée Marmottan-Monet, y hasta el 6 de julio, una espléndida e inédita exposición que responde al sonoro título de “Les impressionnistes en privé”. Los comisarios de la exposición han sido capaces de reunir 100 obras maestras del impresionismo que pertenecen a coleccionistas privados.
La hemos calificado de espléndida porque pueden verse y apreciarse obras muy significativas de grandes maestros como, por ejemplo, Frédéric Bazille, Claude Monet, Édouard Manet, Gustave Caillebotte, Camille Pissarro, Mary Cassatt, Paul Cézanne, Edgar Degas,Eva Gonzalès, Armand Guillaumin, Berthe Morisot, Pierre-Auguste Renoir, Auguste Rodin y Alfred Sisley.
Y hemos dicho que es inédita, porque algunas de estas piezas no se habían mostrado nunca en público en el marco de una exposición o hacía mucho tiempo que no se habían podido ver.
Entre las piezas presentadas también podemos encontrar grabados. Nos gustaría destacar, por ejemplo, dos versiones de “Les Grands Baigneurs” (c. 1896-98) de Paul Cézanne, unas litografías delicadas al amparo de la sombra permanente de la montaña de Sainte-Victoire; o una litografía de Degas titulada “Au théâtre, femme à l’éventail” (c. 1878-80), en la que pueden apreciarse, al fondo, como casi siempre, unas bailarinas, o del mismo maestro una sugerente “Mary Cassatt au Louvre” (c. 1879-80), que nos parece interesante y cautivadora; o la serie de tres litografías de Pierre-Auguste Renoir que responden al título de “Le Chapeau épinglé“, de la que podemos ver dos primeras planchas de 1897 y una segunda plancha de 1898, las tres impresas en bistre (tinta de color terroso muy usada en grabado calcográfico) sobre papel verjurado, delicadas de composición y amorosamente redondeadas como todas las estampas de Renoir.
Una muestra de grabados, pues, cuantitativamente no muy numerosa (7 obras), pero con unas piezas que muestran la importancia que para grandes maestros com Cézanne, Degas o Renoir tuvo la litografía como medio de expresión artística y de difusión de su arte.
Y como se trata de una exposición que ha podido hacerse gracias a la generosidad de coleccionistas privados, me parece justo destacar sus nombres como homenaje a su savoir-faire, a su sensibilidad y a su pasión por el arte: Isabelle y Scott Black, Família Curtin, Família Robert H. Dedman, Asociación de Amigos del Petit Palais de Ginebra, Colección Larock Granoff (Paris), Colección Nahmad (Suiza), Colección Pérez Simón (México), David y Lélia Pissarro-Stern, Éleonore Reynier, Colección Erich y Audrey Spangenberg, así como al resto de coleccionistas que han preferido guardar el anonimato.
Sin el trabajo de los artistas, el rol de puente de los galeristas, la sensibilidad de los coleccionistas y la devoción de los curadores, esta selecta exposición no habría sido posible. Por tanto, ¡ mil gracias les sean dadas!
Y en clave local, a ver si podemos amasar voluntades para reunir también maravillas grabadas y exponerlas para la instrucción y el deleite de todos.
Sin comentarios