Stella McCartney, John Galliano, Alexander McQueen…Los ingleses han tenido éxito en poner su sello de marca a la moda. ¿Su secreto? Una formación excelente, como lo es también la novísima Central Saint Martins, que reune las escuelas de arte más prestigiosas de Londres. A dos pasos de la estación de Saint Pancras, esta incubadora de talentos es capaz de atraer alumnos procedentes de todo el mundo.
Desde el verano del año pasado, Saint Martins College of Art & Design se ha trasladado al número 1 de Granary Square, a un antiguo almacén de cereales. En el Granary Building, estuche de esta fábrica de las artes del segle XXI, se han reunido varias escuelas históricas: Central Saint Martins (asimismo resultado de la unión de la Central School of Arts y de la célebre Saint Martin’s School of Art de Charing Cross Road)., la Drama Centre London y la Bvam Shaw School of Art. Unas escuelas, cuya lista de ex-alumnos se lee ahora como el Gotha de las artes y de la moda.
El arquitecto, Paul Williams, ha concebido la escuela como un cubo-catedral en el que el cemento, el vidrio y el contraplacado (materiales habituales de la arquitectura contemporánea) hacen un maridaje con el ladrillo rojo, heredero de la revolución industrial. Hoy en día, se trata de excentricidad y de creatividad en todos los pisos. El inmueble está atravesado por una impresionante arteria principal de 110 metros de largo por 20 metros de altura. Todo aquí invita a la transversalidad, a la hibridación de las disciplinas, a nuevas maneras de enseñar y de aprender.
La idea de reagrupar las escuelas de arte más prestigiosas de la capital británica remonta a mediados de los años 90. La universidad de las artes de Londres ve de esta forma culminar este viejo proyecto gracias a esta nuevo lugar y gracias a una financiación de 200 millones de libras esterlinas: casi la mitad del presupuesto proviene de la venta de los edificios antiguos, el resto de los bancos.
Una inversión que el establecimiento espera rentabilizar bien y pronto, y todo ello en una época en que la enseñanza en general -y la educación artística en particular- recibe cada vez menos subvenciones y en que encima cuesta cada vez más. Para los estudiantes británicos, los gastos de escolarización se triplicarán, pasando de 3000 a 9000 libras. De manera que muchos estudiantes han anticipado esta subida, se han inscrito en la escuela y han renunciado a su tradicional año sabático tras superar el nivel equivalente al bachillerato.
Por eso mismo, y por ahora, Central Saint Martins acepta cada vez a más estudiantes ‘internacionales’, cuyos gastos de escolarización son todavía más altos. Representando una parte cada vez más importante de los ingresos del presupuesto y de los efectivos.
Por otro lado, la escuela tiene un buen número de mecenas deseosos de apoyar esta creatividad en ebullición. La última iniciativa por ahora: LVMH (Louis Vuitton) ha firmado un acuerdo de partenariado mediante el que el grupo se compromete a acoger becarios y a dotar becas, a cambio de poner su logo en el anfiteatro del Granary Building…Entonces, está claro, que esto chirría un poco de parte de los profesores y de los estudiantes, así como el hecho de que no puedan hacerse manchas de pintura en el suelo (el summum para una escuela de arte, tal como las conocemos por aquí…) o como respecto de las estrictas medidas de seguridad para acceder al recinto.
De todos modos y a pesar detodo, existe el espíritu Central Saint Martins, y es el espíritu de la gente que sabe tomar riesgos, que tiene la ambición de querer cambiar el mundo, y que es ayudada para encontrar las respuestas por ella misma aprendiendo a su vez a abrir las puertas.
Una bella fábrica que permite hacer y construir a la par que soñar.
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