Los artistas y Tiananmen

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Esta semana de conmemoración de la represión cruenta de las manifestaciones de estudiantes en la plaza de Tiananmen, el poder chino organiza la amnesia colectiva. Cualquier alusión a los acontecimientos del 3 y 4 de junio de 1989, que estuvieron a punto de cambiar la historia de la China moderna, está prohibida. Pekín es una ciudad vigilada milimétricamente por las fuerzas del orden, ya sea en uniforme o de civil, que se han desplegado masivamente por la capital china…Cualquier evocación del tabú de Estado comporta ir tras los barrotes.

Los estudiantes extranjeros matriculados en las universidades pekinesas tampoco se salen de rositas: han sido «invitados» sin contemplaciones a hacer un viaje de estudios gratuito por la Mongolia Interior los días 3 y 4 de junio, un viaje destinado a»enriquecer la experiencia de los estudiantes y a aumentar los intercambios entre estudiantes y profesores«. La circular precisa además que «todos los estudiantes extranjeros deben asistir a este desplazamiento. Gracias por vuestra cooperación«. Cualquier ausencia debe ser justificada mediante un certificado médico o por una causa de fuerza mayor.

Estas precauciones resultan inútiles con los estudiantes chinos, que ya hace muchos años que se encuentran condicionados en sus vidas. Una parte de la juventud incluso ignora que los acontecimientos de 1989 hayan sucedido. Un tercio de la población china tiene menos de 25 años y por tanto han nacido tras los acontecimientos de la «primavera de Pekín». Y los mayores no quieren hablar de un tema que se ha convertido en tabú. Cuando se pregunta sobre el tema cerca de las universidades pekinesas la respuesta más frecuente, según los periodistas occidentales, es que no saben de qué les hablas. Una declaración de ignorancia, real o fictícia.

Los dirigentes comunistas sólo tienen un miedo: ver renacer las reivindicaciones democráticas que pedían los manifestantes en 1989, y a las que se habían sumado partes importantes del todopoderoso Partido Comunista Chino. Todas las personalidades destacadas relacionadas con los acontecimientos, como Bao Tong, secretario de Zhao Ziyang, secretario general del PCC de la época y favorable a las reformas políticas, o como Ding Zilin, fundadora de las «Madres de Tiananmen», las han puesto bajo un régimen de residencia vigilada lejos de Pekín. Pero también han puesto en las mismas condiciones a decenas de blogueros o a artistas con obras alusivas a los acontecimientos.

Como han hecho con los informativos de TV, la censura en Internet es draconiana. En la enciclopedia Baidu, una especie de Wikipedia local, no hay ninguna página referida a 1989. En la plataforma de microblogs Weibo, el «Twitter chino», las tijeras también se han empleado a fondo. Centenares de palabras, nombres propios o expresiones que pueden evocar la represión de 1989 están literalmente prohibidas: «Li Peng», «Zhao Ziyang», «tank», «Tankman» (expresión con la que se identifica al hombre que bloqueó un tanque), «Tiananmen», «huelga de estudiantes», «disturbios», «viaje obligatorio», «verdad 89»,…Incluso las cifras 6-4 correspondientes a la fecha del 4 de junio…

Los accesos a la parada de metro Muxidi, donde numerosos estudiantes fueron asesinados los días 3 y 4 de junio, están cerrados. Como también lo están el mausoleo de Mao Tse-Tung. Los accesos a la plaza de Tiananmen están estrictamente controlados. Y la policía impide a los periodistas extranjeros acercarse a los «lugares sensibles» o realizar entrevistas sobre la «fecha sensible». Amnesia colectiva inducida…

Y los artistas no han escapado tampoco a este control, también son hiper-vigilados por las autoridades en este período.

El artista chino-australiano Guo Jian, que había participado en las manifestaciones de Tiananmen, lo notó en sus propias carnes el domingo 1 de junio. Fue víctima de los arrestos «preventivos» que se hacen a las personas que podrían querer conmemorar la masacre. ¿Cual fue su falta? Una entrevista al Financial Times en la que evocaba sus recuerdos así como la realización de un diaporama de la mítica plaza recubierta con carne trinchada. «Quiero que la gente vea que esta cultura existía no sólo antes, sino que continúa siendo fuerte en China«, declaraba.

Otra personalidad a la que han alcanzado estas intimidaciones es el abogado Pu Zhiqiang, amigo y defensor del célebre artista chino Ai Weiwei. Pu fue arrestado por «atentado contra el orden público» justo después de un encuentro organizado en la casa de un particular para hablar sobre los acontecimientos de 1989. Literal por increíble que parezca. Por lo que respecta a Ai Weiwei, ha debido ver como se le excluía de una exposición en la que debía presentar su trabajo, en Shanghai. En el web de Bloomberg View, el artista, que se encuentra en libertad condicional, lo denunciaba como una acción destinada a tenerle alejado del público durante el 25 aniversario de las manifestaciones. Y Ai Weiwei lo aprovechaba para denunciar «el olvido» del poder: «¿Cómo un gobierno que modifica y llega a querer borrar la Historia podrá llegar a reconocer sus faltas y a ajustar sus acciones en el futuro?», escribe. Y añade además que la desinformación respecto del pasado es tan nociva para los chinos «como la contaminación del aire o la corrupción«.

¿Y la justicia universal? Bien, gracias.

 

Etiquetas: artistas, China, Tiananmen

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