
Los museos son, desde su origen, los guardianes de la memoria colectiva. Los museos preservan la memoria, los conocimientos y el patrimonio material que la humanidad ha ido desarrollando a lo largo del tiempo.
Por otro lado, su necesaria adecuación a nuevos públicos y a nuevas demandas, como parte del desarrollo de su responsabilidad social, se hace cada vez más evidente. Es responsabilidad de los museos el hacer llegar a todos los conocimientos que custodian y desarrollan, y de hacerlos llegar a cualquier tipo de audiencia sea cual fuere su condición. Y una de las audiencias potenciales que va en aumento es la de las personas afectadas por demencias, y especialmente por la enfermedad de Alzheimer.
El Alzheimer es una enfermedad neuro-degenerativa que se manifiesta con deterioro cognitivo y trastornos de conducta. Aunque la causa es distinta en cada paciente, presentan síntomas similares como pérdida de la memoria inmediata o de otras capacidades mentales. Se considera que en la actualidad hay aproximadamente unos 40 millones de personas afectadas por la enfermedad hoy en día, se calcula que este número llegará hasta los cien millones en 2050.
Y confrontados a esta realidad, los museos deben plantearse cuál debe ser su actividad respecto de estas personas y de sus familias. No debemos olvidar que estos enfermos requieren un cuidado constante por parte de otra persona y que, por tanto, estos cuidadores están también implicados de forma directa.
Los museos, pues, deben considerar a los enfermos de Alzheimer y a sus familias como parte de sus audiencias y sus programas deben adaptarse a los requerimientos específicos que precisan. Como constructo social, los museos deben llegar a y trabajar para y con estas personas y en su condición de guardianes de la memoria deben intentar ayudar a estas personas a conservar la suya.
Fruto de estas reflexiones la Fundació ACE- Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas, el Museo Frederic Marès y el Museo de Historia de Barcelona han puesto recientemente en marcha un programa innovador (Estimul’ART), que cuenta con escasos antecedentes tanto a nivel nacional como internacional. Los proyectos de referencia con los que se ha contado han sido, a nivel nacional, el que lleva a cabo el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) y, a nivel internacional, el que impulsa el MoMA (Museum of Modern Art de Nueva York).
Con estos referentes y el trabajo de especialistas de las tres instituciones implicadas, se ha diseñado un proyecto innovador que empezará con una fase inicial experimental, pero que tiene voluntad de permanencia, de evaluación constante y de progreso, enriquecido todo ello por el conjunto de inputs que se vayan poniendo en evidencia.
Este proyecto se dirige, pues, a personas que padecen la enfermedad de Alzheimer, en fases iníciales, mediante la realización de actividades en los citados museos. Para ello, se ha diseñado un conjunto de actividades con grupos reducidos de enfermos, que pueden ir acompañados de familiares o de cuidadores. Actividades que se llevarán a cabo en los dos museos en un sistema de alternancia y que ya se iniciaron el pasado 19 de septiembre.
El objetivo del programa consiste en estimular las capacidades cognitivas de estas personas mediante el arte y la memoria histórica, es decir, intentando que las distintas piezas u obras de arte que se han escogido les estimulen la memoria y las puedan recordar. Teniendo en cuenta que las colecciones de los dos museos con los que se trabaja incluyen piezas de muy diversa índole y procedencia, se considera que podrá estimularse el desarrollo de los recuerdos por parte de estas personas.
Una de las señas de identidad de este programa consistirá, y ello ya no es tan usual comparado con los existentes, en la evaluación cualitativa del resultado de estas actividades, es decir, intentando establecer si realmente funcionan y tienen una repercusión real, ya sea a nivel cognitivo o a nivel emocional. Para ello se hará un estudio con un grupo control y se programarán sesiones de introducción y de refuerzo en las instalaciones de la Fundació ACE y realizadas por su personal experto.
Es necesario que los museos se impliquen con su tejido social, que se abran a nuevas audiencias, y que conjuntamente con otros expertos elaboren nuevas metodologías y nuevas actividades. En esta línea, las tres instituciones se han implicado en este proyecto, un proyecto de historia y de arte, un proyecto ciudadano, un proyecto de futuro.
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