Arte y los Papeles de Panamá

La fuga más importante de documentos bancarios de la historia reciente parece que podría ayudar a resolver el misterio que envuelve a una obra de arte que está en el centro de un litigio que se remonta hasta la ocupación de París por los nazis.

El cuadro en cuestión es El hombre sentado apoyado en un bastón pintado por Amedeo Modigliani. La identidad del modelo ha sido desvelada por el Instituto Restellini. Se trata con toda certeza de Georges Menier, el célebre chocolatero (1880-1933). El precio de la tela se evalúa en unos 25 millones de dólares (22 millones de euros).

"L'Homme assis appuyé sur une canne", Amedeo Modigliani

«El Hombre sentado apoyado en un bastón», Amedeo Modigliani, 1918

Según Mondex Corp, una empresa canadiense especializada en la búsqueda de obrasde arte expoliadas, la tela habría sido robada por los Nazis a Oscar Stettiner, un coleccionista judío de arte que huyó de París en 1939.

Este cuadro no se volvió a ver hasta 1996 -más de 50 años después- cuando apareció en una venta de la casa de subastas Christie’s. Entonces, una pequeña sociedad radicada en Panamá, el International Art Center, la adquirió por 3,2 millones de dólares.

Seguro que este cuadro no tiene la sensualidad explosiva de los mejores desnudos de Modigliani, ni el misterio que envuelve a los retratos de mujer que hicieron célebre al pintor italiano. Al contrario, tranquilamente sentado en una silla, con una mirada algo vaga y la cabeza un poco inclinada, este hombre encorbatado y con sombrero parece incluso un poco anodino. Es como si sólo se destacara el bastón, sobre el que tiene puestas sus manos, y la calma un poco irreal que envuelve al personaje.

Sin embargo, y tras cinco años, este Hombre sentado, pintado en 1918, se halla en el centro de una tormenta judicial. Una lucha sin cuartel opone, ante los tribunales norte-americanos, al nieto de un anticuario judío contra una de las dinastías más poderosas del mercado del arte. Philippe Maestracci, de 71 años, empresario agrícola en la Dordoña francesa, acusa a la rica familia Nahmad de poseer este cuadro, vendido ilegalmente según él en 1944 por el administrador provisional de la galería de arte de su abuelo. Pero, en sentido inverso, el clan Nahmad rechaza la sospecha de expoliación y afirma que no tienen el cuadro.

David Nahmad, el padre, es un marchante de arte y residente monegasco; el hijo Helly es galerista en Nueva York. Según sus abogados, el cuadro habría sido comprado en la casa Christie’s de Londres por una oscura sociedad panameña, la ya antes citada International Art Center (IAC). «Ninguna otra persona en el mundo, incluidas la galería Nahmad, Helly Nahmad o David Nahmad no posee el cuadro«, han asegurado ante la Corte Suprema del Estado de Nueva York.

Por su lado, el nieto y heredero del coleccionista expoliado, intenta recuperar su bien. «El dinero no me importa, asegura el interesado en el periódico la Tribune de Genève. Lo hago por la memoria de mi abuelo«. Y acusa directamente a la familia Nahmad, una de las más célebres del mercado mundial de arte, de tener ilegalmente el cuadro robado.

La familia Nahmad, multimillonaria, ha construido su fortuna básicamente comerciando con obras de arte, y resulta que la parte esencial de su colección, estimada en 4.500 piezas, entre las que hay unos 300 Picasso, está depositada en el Puerto franco de Ginebra, un espacio exento de derechos de aduana y de pago del IVA. Según el magazine Forbes, la colección Nahmad tiene un valor de 4.000 millones de dólares.

Ante los tribunales, los Nahmad han afirmado que el cuadro no les pertenece sino que es propiedad del IAC, una sociedad offshore. Pero el asunto de los denominados «Papeles de Panamá», desvelado por los periodistas que forman parte del International Consortium of Investigative Journalists, ha permitido descubrir que los accionistas del IAC no son otros que los mismísimos Nahmad.

Una información que David Nahmad, propietario de esta sociedad desde 2004, ha reconocido pasando de puntillas sobre el tema, al precisar que estaría dispuesto a devolver la obra si la familia del anticuario llega a demostrar que pertenecía a Philippe Stettiner. «Si pueden probar que la tela les pertenece, entonces que vayan al tribunal con los recibos de la venta», según ha afirmado el coleccionista a la ya citada Tribune de Genève.

Los hechos ciertos son que el 8 de abril por la mañana, el procurador Claudio Mascotto realizó una perquisición en el Puerto franco de Ginebra en los locales del depósito de obras de arte Rodolphe Haller, según explica Le Temps.

Aunque también es cierto que si bien el nombre del verdadero propietario del cuadro era un misterio hasta ahora, la presencia de la obra en el Puerto Franco era conocida desde hace tiempo. De hecho, la sociedad Rodolphe Haller hace ya tiempo que había indicado a la justicia americana que guardaba este cuadro a cuenta del IAC. Una fuente próxima al dossier ha precisado que «el cuadro ha salido cuatro o cinco veces del Puerto franco para ser mostrado en distintas exposiciones«. ¡Más madera!

Puertos francos, Ginebra, Papeles de Panamá, Nahmad, Ocupación, mercado del arte…Vergüenza, expolio, pasado, negocios, olvido,…Continuará.

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