El primer artículo de este blog, editado el 28 de mayo de 2011, llevaba por título ‘Siempre nos quedará Paris’, y en él escribía:
«Durante décadas los europeos, y los catalanes no somos en este caso ninguna excepción, hemos mirado hacia París, la ciudad considerada faro de la luz, del arte, de la transgresión, de la creatividad…
Es cierto que, básicamente desde después del fin de la Segunda Guerra Mundial y de forma todavía más acelerada a partir de finales de los años 70 del siglo pasado, París había perdido un poco esta imagen. Una pérdida de visibilidad que había ido acompañada por el hecho de que, en su conjunto, Francia también había ido perdiendo presencia y lustre entre las élites planetarias en el campo de las vanguardias artísticas.
Aún así parece que desde hace ya algunos años, París está recuperando su espacio de centralidad, su fuerza de proposición, su empuje y huella en el mundo de las ideas y de las nuevas tendencias. París vuelve a estar ahí, vuelve a seducirnos (si alguna vez ha dejado de hacerlo) porque tiene fuerza, tiene rabia y tiene ganas.
Claro que también es verdad que se pueden tener fuerza y ganas cuando una ciudad y una ciudadanía son herederas del impresionismo, del cubismo, de la nueva figuración o del nuevo realismo, por ejemplo, o yendo más lejos, cuando se es heredero y se puede disfrutar en usdefruto de instituciones como el Musée del Louvre, la Comédie Française o el Palais de la Découverte, por citar sólo alguna de emblemáticas en ámbitos diferentes del mundo cultural.
…
Desde la certeza que “siempre nos quedará París”, comienzo a escribirlo. Muchas gracias a todos aquellos que lo seguiréis, espero no defraudar ninguna expectativa y desearía entrar en un fecundo intercambio de ideas, de conocimientos y de voluntades de progreso.»
Y es con una inmensa alegría que puedo anunciar la primera exposición de obras de la Colección en París. Entre el 13 de febrero y el 10 de marzo se podrá ver en los locales de la American University of Paris una selección bajo el título «Artistes catalanes contemporáneos». Estoy contento por ello y quiero compartir esta alegría con todos vosotros. ¡Nos vemos en París!
Mientras tanto, os dejo esta grabación de una canción de Edith Piaf que lleva por título justamente ‘Paris’. ¡Disfrutadla!
Sin comentarios