Éste es ciertamente uno de los lemas que la crisis (financiera, económica, social y de valores) que padecemos ha puesto de moda. Utilizado, principalmente, por las plataformas anti-desahucios, simboliza la fuerza de la unidad y el que, tal vez, gracias a esta fuerza colectiva se pueden parar u obstaculizar determinados procesos que perjudican directamente a las personas.
En el mundo de la cultura, cuando menos parcialmente, hemos asistido esta semana al éxito de esta fuerza colectiva, hemos tenido nuestro particular ‘sí se puede’. Esta semana se nos ha dicho, y se supone que han aprobado, que el Gobierno de España ha rebajado el IVA para las transacciones con bienes artísticos del 21 al 10%. ¡Aleluya! Esto significa que las obras de arte, que las creaciones de los artistas visuales, han dejado de ser consideradas como una especie de bienes de lujo.
Aun celebrando la noticia (pero sin dar las gracias a nadie porque no deben darse cuando se vuelve al sentido común), me asaltan algunas preguntas:
1) ¿Porqué ahora sí se puede rebajar? ¿Ha desaparecido el déficit público? ¿Han mejorado exponencialmente los ingresos fiscales? ¿Es una primera prueba de la intercesión de Santa Teresa? (como cristiano te pido Santa Teresa que les perdones porque no saben ni lo que dicen ni lo que hacen…).
2) ¿Cual ha sido el papel de los lobbys de las artes visiales para llegar a obtener esta medida (lobby integrado por galeristas de renombre, coleccionistas de prestigio, críticos de arte entregados y artistas mediáticos y mediatizados)?
3) ¿Porqué se asopta esta medida de forma aislada para las artes visuales y no para el resto de las actividades artísticas? ¿Se trata de un anticipo? ¿Se trata de un caso aislado? ¿Se acabará extendiendo esta medida al teatro, a la música, al cine, etc.? Si la resposta fuese positiva, ¿cuándo? Y si fuese negativa, ¿Por qué?
4) Todos sabemos, algunos por experiencia, que el sistema público en general, y el fiscal en particular, no son serios en España, pero, ¿se continuarán adoptando medidas con efectos retroactivos, contraviniendo cualquier principio de seguridad jurídica? ¿La fiscalidad continuará basándose en las montañas rusas, ahora subo, ahora bajo, y siempre al borde del vértigo o del vómito?
5) ¿Tiene este gobierno alguna hoja de ruta en materia cultural y de fomento de la creatividad artística? ¿O parte de los principios pre-constitucionales (¡y tanto que la mientan!) de ‘aquí te pillo, aquí te mato’; los nuestros y los otros; el tiempo lo cura todo -o se arregla o se olvida-; y ‘a por ellos’?
No espero nada serio de esta forma de gobernar. No espero nada porque veo ignorancia y mala fe, y porque no veo ni obertura ni sentido común. Sólo me atrevo a pedir a Santa Teresa que, si no hay más remedio, crezcan pero que no se multipliquen. Ya son suficientes y ya hacen suficiente daño.
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